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La capacidad para dar consejos es tan universal como la tendencia a ignorarlos, sobre todo en culturas como la nuestra, donde muchas personas adoran aleccionar a sus seres queridos y hasta a quienes acaban de conocer. El tema puede ser cualquiera: la moda, el deporte, la crianza de los hijos, la celebración de un cumpleaños, una receta de cocina… pero cuando se trata de un trastorno de la vida íntima o de esas fantasías que no se sabe bien cómo conversarlas ni con la pareja, mucha gente prefiere hacerse escuchar por alguien desconocido, pero bien respaldado por sus conocimientos y pericia profesional. Es ahí donde desempeñan su papel los servicios de consejería especializada, que brindan a cada persona la información y las herramientas necesarias para ayudarla a tomar decisiones sin decirle qué debe hacer, sino cómo puede desde su propia experiencia encontrar solución a sus problemas. En materia de sexualidad, estos servicios surgieron en la capital cubana en 1993 y fueron reforzados a partir de 1999 con un programa sistemático de capacitación y formación de consejeros que permitió extenderlos paulatinamente a todas las provincias en las modalidades de Consejería Cara a cara y Telefónica, las más difundidas en el país. Sin embargo en el año 2006 cobró fuerzas un nuevo modelo, inicialmente llamado Intervención Educativa Postal y hoy conocido como Apartado 26. Este servicio estrictamente confidencial contribuye a mejorar conocimientos, habilidades y destrezas en las personas que lo utilizan, y tiene un enfoque comunicacional. A diez años de iniciada la Intervención Educativa Postal, iniciativa que se ha nombrado también Consejería Postal o apartado 26, se exponen en este trabajo los temas centrales de la experiencia, el Marco de sistematización, las Etapas por las que ha transitado la experiencia, los resultados alcanzados, los factores obstaculizadores, las conclusiones que lo sitúan como un servicio al que acuden cada vez más personas interesadas en el mismo, con un predominio de hombres jóvenes homosexuales respecto a las mujeres que solicitan el servicio, así como las Lecciones Aprendidas donde se demuestra que la Intervención Educativa Postal ha tenido un impacto positivo a nivel personal y social, contribuyendo de una forma indirecta a la formación de valores, como el respeto, la solidaridad y aceptación entre familiares, amigos y amigas, parejas y comunidad en sentido general y su implementación ha fortalecido la Respuesta Multisectorial a la epidemia del VIH. Su sostenibilidad a lo largo de estos años ha dependido en gran manera al empoderamiento de su equipo coordinador y red de consejeros, del nivel de creatividad, de la creación de condiciones para su funcionamiento, del intercambio y retroalimentación constante con los clientes, la movilización de recursos, la educación constante, la comunicación, la investigación, el monitoreo y la evaluación.